"El Gobierno (de España) rechaza la violencia, el racismo y la xenofobia y, por tanto, no puede compartir lo que está sucediendo en Italia", afirmó Fernández.
En la rueda de prensa, la vicepresidenta ha recordado que el Gobierno español trabaja por frenar la inmigración ilegal, pero siempre respetando los derechos de quienes no cuentan con documentos legales.
"España trabaja por una política de inmigración legal y ordenada que permita reconocer derechos y obligaciones."
A pesar de haber endurecido considerablemente su discurso en inmigración, el presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, no avala la política de cerco a los "sin papeles" que aplica Berlusconi, afirmó Fernández.
La Policía italiana llevó a cabo ayer redadas contra la inmigración irregular, que se saldaron con la detención de 400 personas, de las que 53 fueron expulsados del país sin contemplaciones, señala El Mundo en su portal de internet.
En su tercera etapa al frente del Gobierno italiano, Berlusconi quiere aprobar un duro decreto contra la inmigración irregular, que contempla incluso el cierre de fronteras.
Italia estudia la suspensión de la aplicación del Tratado de Schengen antes de proceder a la expulsión de miles de gitanos europeos, sobre todo rumanos y búlgaros, quienes han ingresado en la Unión Europea.
El clima de racismo es tal que en los últimos días cinco campamentos de gitanos al sur de Italia han sido incendiados por los ciudadanos. (ANDINA)
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