PLB / En un giro estratégico para proteger su patrimonio natural, el Govern balear ha decidido retirar la financiación pública a campañas promocionales basadas en influencers y redes sociales. La medida responde a los efectos negativos de la masificación turística en enclaves emblemáticos como Caló des Moro, en Mallorca, y Es Vedrà, en Ibiza, donde las aglomeraciones y el «turismo de postureo» han puesto en jaque la sostenibilidad de estos espacios.
Durante los últimos años, lugares paradisíacos de las islas se convirtieron en escenarios perfectos para miles de fotografías y vídeos virales, alimentando una avalancha de visitantes atraídos más por la imagen que por la experiencia auténtica del destino. Este fenómeno ha generado importantes problemas medioambientales: erosión del terreno, acumulación de residuos y alteración de ecosistemas que ya estaban en situación delicada.
Con esta decisión, el Govern no solo elimina el apoyo económico a creadores de contenido que fomentan visitas masivas, sino que también apuesta por medidas concretas para descongestionar los espacios más saturados: eliminación de publicaciones promocionales, restricción de accesos en temporada alta e incluso limitación de aforos en las zonas más sensibles.
El objetivo es recuperar el equilibrio entre la actividad turística —pilar fundamental de la economía balear— y la conservación del entorno natural, fomentando un turismo respetuoso, más vinculado a la cultura local y menos a la foto perfecta para redes sociales.
Esta iniciativa se enmarca en un debate cada vez más presente en destinos de todo el mundo: ¿cómo atraer turistas sin sacrificar la esencia de los lugares? En Baleares, la respuesta empieza a vislumbrarse con medidas que priorizan la preservación frente al impacto de la viralidad.
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