Ibiza vive días de gran dificultad después de las lluvias torrenciales que, según los registros, han sido las más intensas desde 1952.
En pocas horas se acumularon precipitaciones que provocaron graves inundaciones, cortes de carretera, daños en viviendas, locales y explotaciones agrícolas.
© PLB / El alcalde de la isla ha anunciado que se tramita la solicitud de declaración de zona catastrófica, con el objetivo de acceder a ayudas estatales y activar recursos extraordinarios para la reparación de infraestructuras y la atención a los damnificados.
Los equipos de emergencias han trabajado durante toda la noche para achicar agua, limpiar calles y restablecer la normalidad en las zonas más afectadas. Vecinos y voluntarios también se han sumado a las tareas de recuperación.
La magnitud de las lluvias ha sorprendido a expertos y autoridades, no solo por la intensidad, sino también por la rapidez con la que se produjeron los episodios de inundación. Se han reportado daños en vehículos, viviendas anegadas, centros escolares y redes de transporte.
Desde el Govern balear se ha mostrado apoyo a la petición del alcalde y se ha subrayado la necesidad de coordinar esfuerzos con la administración central. Además, se recuerda que este tipo de fenómenos extremos se están volviendo más frecuentes debido a los efectos del cambio climático, lo que plantea la urgencia de revisar planes urbanísticos y medidas de prevención.
Mientras tanto, Ibiza trata de recuperar la normalidad. Las imágenes de calles convertidas en ríos y de vecinos colaborando entre sí reflejan tanto la gravedad de lo ocurrido como la fortaleza de la comunidad. La declaración de zona catastrófica se perfila ahora como una herramienta imprescindible para afrontar los cuantiosos daños y comenzar el proceso de reconstrucción.
        
  
  
  

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