Los votantes hispanos ayudaron a los demócratas a salvar el control del Senado y a los republicanos a ganar gobernaciones

Con dos de las 37 bancas del Senado aún sin definir, lo mismo que 25 escaños en el Congreso, demócratas y republicanos tratan de posicionarse para iniciar el período de transición hacia los segundos dos años del mandato del presidente Barack Obama.

Las elecciones legislativas de medio término ya están definidas en términos generales. Los demócratas mantuvieron el control del Senado y ya tienen 52 bancas aseguradas, sin embargo, en los estados de Alaska y Washington, las dos bancas aún están sin definición.


En Alaska, la republicana que se presentaba como candidata sin partido, la actual senadora Lisa Murkowski, lidera la votación ante el candidato del Partido Republicano, el representante del Tea Party, Joe Miller, quien cuenta con el apoyo de la ex candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin. El candidato demócrata, McAdams, se encuentra en tercer lugar.

Mientras tanto, en el estado de Washington el republicano Dino Rossi y la demócrata Patty Murray siguen esperando la conclusión.

El último estado que tuvo una definición para el Senado fue Colorado, casi un día después de concluido el acto electoral. El senador Michael Bennet derrotó por escaso margen al republicano Ken Buck, otro candidato del Tea Party que no logró ser elegido a la Cámara Alta, tal como pasó con Christine O´Donell en Delaware o con Sharron Angle en Nevada, mientras que Joe Miller está en segundo lugar en Alaska.

En el Congreso, donde los republicanos lograron una barrida, aún quedan 25 del total de 435 escaños sin definición. En la actualidad los republicanos tiene una mayoría de 230 bancas contra 180 de los demócratas.


Los votantes hispanos

Mientras, muchos analistas señalan que el voto de los hispanos, la primera minoría en el país, salvó las bancas del Senado en Colorado y Nevada, donde fue reelecto el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, y también aseguró al oficialismo el control de la Cámara Alta.

Pero también los republicanos lograron progresos entre los hispanos tanto a nivel de candidatos, como de votantes. Los electores hispanos ayudaron al triunfo de los gobernadores republicanos electos, Susana Martínez y Brian Sandoval en Nuevo México y Colorado respectivamente, y a elegir al senador Marco Rubio en Florida.

Una encuesta realizada sobre votantes hispanos por parte de Latino Decisions, por cuenta del Consejo Nacional de La Raza, el Sindicato Internacional de Empleados de Servicio y America's Voice, reveló que la economía y el empleo con un 48% fueron la principal preocupación de la mayoría de los votantes hispanos, seguidos por el tema de la inmigración con 37%.

El sondeo fue realizado entre votantes de Colorado, California, Nevada, Arizona, Nuevo México, Texas, Illinois y Florida.

El sentimiento antiinmigrante y contrario a los hispanos fue la razón principal por la que el 28% de los latinos salió a votar, indica el estudio, mientras que para el 34%, la razón principal fue el tema de la inmigración en general.


El motor de cambio

Sin embargo, la elección reveló que quienes cambiaron el mapa electoral del país, convirtiendo en republicanos los estados del centro y sureste del país, fueron los estadounidenses mayores de 65 años y los independientes. Los dos bloques son los que tradicionalmente oscilan entre ambos partidos.
Este votó determinó que el Partido Demócrata del presidente Barack Obama sufriera su mayor derrota electoral de los últimos 70 años en la Cámara de los Representantes.

Los adultos mayores, el grupo que más vota en Estados Unidos, optó en un 59% por el votó a favor de los candidatos republicanos para la Cámara de Representantes.

Por su parte, el 49% los votantes mayores de 65 años fueron los que más apoyo dieron al movimiento Tea Party. Y, sobre todo, nueve de cada diez mayores de ellos votaron por los republicanos.