
El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, y las FARC repitieron ayer sus respectivas predisposiciones a negociar un canje humanitario de rehenes por guerrilleros presos, aunque el mandatario le exigió a los insurgentes coherencia en su accionar.
"Liberan a unos por hacer política -lo importante es que los liberen, así hagan política-, pero al mismo tiempo están poniendo carros-bomba y están secuestrando; no se puede hacer política con la paz y simultáneamente suprimir la libertad y derramar la sangre y explotar carros-bomba", remarcó Uribe.
El presidente hizo declaraciones tras visitar al ex legislador Sigifredo López, el último secuestrado civil liberado por las FARC, el jueves pasado, casi al mismo tiempo en que se conocieron dos breves comunicados de la guerrilla, con conceptos también favorables al intercambio.
Uribe reiteró su idea de que los rebeldes que abandonen la cárcel producto del acuerdo deberán convertirse en "gestores de paz" y en consecuencia tendrán que abandonar las acciones delictivas, según reseñaron las agencias noticiosas ANSA y DPA.
"Estamos listos para un acuerdo humanitario; aquellos guerrilleros que llegaren a salir de la cárcel, de acuerdo con las normas jurídicas, para decirlo en un lenguaje más positivo, en concepto del gobierno, deberían ser gestores de paz", consideró Uribe al concluir su visita a López.
El mandatario lamentó la muerte de los otros 11 ex diputados del Valle del Cauca que fueron secuestrados junto con López en 2002 y fueron asesinados por guerrilleros en un confuso episodio, según lo ratificó ahora el ex rehén liberado.
El grupo guerrillero, en cambio, atribuyó esas muertes a un enfrentamiento con paramilitares. "Indudablemente no puedo dejar de pensar en los diputados vallecaucanos asesinados por la guerrilla; deberían estar todos aquí; sin embargo, la guerrilla los asesinó", dijo Uribe.
El jefe del Estado también visitó la sede de la Policía en la que hace una semana supuestos integrantes de las FARC detonaron una carga explosiva que causó la muerte a dos personas y heridas a cerca de 30, e insistió en que la organización guerrillera no puede combinar las formas de lucha.
López fue rescatado la semana pasada en un operativo humanitario liderado por la senadora opositora Piedad Córdoba y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en el que también fueron liberados el ex gobernador Alan Jara, tres policías y un militar, y que contó con logística suministrada por Brasil.
Además, se conoció el contenido de los mensajes que los guerrilleros entregaron a López para que se los diera a Córdoba, y en los que el jefe de la organización, Alfoso Cano, ratifica la postura de la insurgencia a favor de un canje humanitario.
En el texto, publicado en la página web de la senadora Córdoba, las FARC señalan que con las recientes liberaciones unilaterales de seis personas honraron su palabra y el compromiso asumido ante el grupo Colombianos por la Paz, que encabeza la legisladora e integran intelectuales y periodistas.
Según reprodujo la agencia de noticias cubana Prensa Latina, el comunicado rebelde puntualiza la aspiración de que "este nuevo gesto contribuya a desbrozar el camino hacia el acuerdo de canje obstruido por el gobierno".
El texto agradece al gobierno del Brasil y a su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, por su apoyo logístico en el operativo de liberaciones y expresa a Colombianos por la Paz su "voz de aliento y llamado a persistir en la búsqueda colectiva de una salida política al acuerdo humanitario y al crucial problema de la guerra y de la paz".
Hasta el año pasado, la más antigua organización insurgente colombiana exigía el despeje militar de dos municipios sureños (Florida y Pradera) para iniciar conversaciones sobre un intercambio, pero ahora esa pretensión -que el Ejecutivo siempre rechazó- no aparece mencionada.
También la cúpula de la Iglesia católica se pronunció hoy a favor del díalogo gobierno-FARC, a través del titular de la Conferencia Episcopal, Fabián Marulanda, para quien "por el bien de la paz y los retenidos se deben hacer sacrificios".
Por su parte, el arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro, llamó a "matar el conflicto armado", lo que se logra, estimó, "a través de una solución dialogada", y reclamó a las partes "la osadía de entrar en contacto y en diálogo directo con el mismísimo enemigo". (TELAM)
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