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“CHAPEAU”, Presidente URIBE

“Somos el Ejercito Nacional: están en libertad”, con esta frase recibía Ingrid Betancourt junto a catorce compañeros de secuestro, el fin de una odisea que duraba ya seis años.
Y estamos de acuerdo con los observadores políticos y diplomáticos cuando manifiestan que este ha sido un muy duro golpe a la “narcoguerrilla colombiana”, porque sus miembros descabezados en sus dos primeros escalones, el “compañero Marulanda”, admirado por Chávez aún no hace dos meses y “venerado guerrillero” con ínfulas de libertador por parte de Daniel Ortega, y el número dos de esa fuerza de ocupación selvática.

Sin embargo, no debería el Gobierno del Presidente Uribe bajar la guardia ni un solo instante, porque cualquier tonto puede convertirse en terrorista y morir por una causa a la que le han llevado engañado.

Los luchadores por la libertad se están imponiendo a los que mienten, embaucan y engañan a miles de sus conciudadanos en un país que ansía, como otros muchos en todo el mundo, liberarse de la tiranía que supone un mal entendido ejército de liberación del pueblo. Y de eso mucho sabe el actual Presidente de Venezuela que intentó llegar al poder tras un fallido e incruento golpe de estado. Por eso no deja de sorprendernos la incontinencia verbal del personaje televisivo, cuando al enterarse de que la que fue candidata a las elecciones presidenciales de Colombia fue liberada en una operación modélica, sin un solo disparo, ni que se derramara una sola gota de sangre, sentenció que… “el tiempo de los fusiles ya pasó”, con lo que nos deja la duda sobre cuál ha sido su intención, si la de renunciar a sus amigos armados hasta los dientes luchando contra gobiernos democráticamente constituidos o la de ponerle fecha al momento en que dicho tiempo ya pasó, que es ni más ni menos que el día siguiente de ser detenido, excarcelado y no juzgado por la muerte de unos cuantos venezolanos defensores de los principios constitucionales, esos mismos que ha querido cambiar para perpetrarse en el poder, y al que su pueblo le ha lanzado un sonoro NO que se le ha estampado en una de sus lucidas mejillas.

Presidente Uribe, nuestra admiración y respeto al haber soportado la presión mediática de quienes en buena lid han luchado hasta la saciedad por ver a sus familiares liberados, y de los bufones al servicio de unos intereses nada extraños tanto en el terreno de la política como en el de la tragicomedia más esperpéntica. Al terrorismo no se le puede dar tregua y hay que combatirle con todas las armas (que no de fuego) que nos concede a los ciudadanos de bien el estado de derecho. Y nuestra felicitación muy especial al “invitar a las FARC a liberar a todos los secuestrados”.

“Chapeau” Presidente Uribe. Si alguien mantenía alguna duda, creo que está claro que su pueblo necesita gobernantes como Usted. Ya no está el “compañero Marulanda del Sr. Chávez” en el mundo de los vivos, ni su número dos, ni sabe que hacer por desconcertado el actual jefe de la banda, en la que por otra parte más de dos tercios de sus correligionarios se han acogido al plan Uribe de reinserción. Ahora manos a la obra para conseguir la rendición incondicional de los torturadores sanguinarios que aún permanecen emboscados en su cuartel general. Y muy bien por su voluntad de liberar también a esos otros secuestrados que vistiendo uniforme militar han sido engañados hasta conseguir enrolarles en esa lucha sin sentido que solo les va a conducir a una muerte segura, a cambio de nada.

Descúbranse Sres. Sarkozy, Chávez, Ortega, Correa… en Colombia hay un PRESIDENTE.
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