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LO 脷LTIMO
 

Y digo yo...

Jefferson Vargas, Jackson Casta帽o y Yhon Edisson Posada, tres colombianos de nacimiento y espa帽oles de adopci贸n junto a sus compa帽eros nacidos en Espa帽a Johnattan Galera, Juan Carlos Villoria y Manuel David Portas, dejaron su vida en el L铆bano en tanto patrullaban por aquellas tierras en misi贸n de PAZ.

¿Qui茅n no est谩 entendiendo las cosas? Claro que pedirles a los terroristas que entiendan hasta donde alcanza la palabra PAZ, es tanto como implorarle a un olmo que nos d茅 el fruto de un peral. Pero con todo algo s铆 no alcanzamos a entender. Como dijo el Ministro Alonso y otros dirigentes de la ONU se trata de un ataque premeditado y con unos objetivos muy concretos, tanto por el tiempo que estuvo fragu谩ndose como por los destinatarios. Esa es una zona en donde cumplen su misi贸n las tropas espa帽olas por lo que no resulta dif铆cil concretar que nuestra naci贸n estuvo, y sigue estando, en el centro de una diana que nadie desea.

Nos llega la noticia cuando est谩 cerr谩ndose la presente edici贸n de PLANETA LATINO, y el dolor en medio de la sorpresa hace que debamos rendir justo homenaje con un modesto escrito a seis muchachos en edades comprendidas entre los 19 y los 21 a帽os, tres de los cuales a煤n habiendo nacido en la lejana Colombia, luc铆an con orgullo en su antebrazo izquierdo, muy cerca del hombro, los colores de la bandera de Espa帽a en cuya representaci贸n prestaban servicio como cascos azules.

PLANETA LATINO hace un llamamiento a los diferentes partidos pol铆ticos para que lejos de buscar enfrentamientos con acusaciones del “fuiste t煤” y el “t煤 m谩s” se unan al resto de la ciudadan铆a, que somos muchos m谩s que los propios afiliados, y desde el respeto al dolor de sus familiares y a lo que pueda significarnos la p茅rdida de esas vidas, demostremos a esa gentuza, cobarde y sin escr煤pulos que en una guerra no todo vale, y que se considera un crimen abominable el hecho de matar a quien enarbola el pa帽o blanco de la PAZ por el propio derecho de los acuerdos internacionales.

Lo dijimos en otro medio de comunicaci贸n entonces, cuando el salvaje atentado de Atocha y lo repetimos ahora. No se trataba de Irak en aquel momento, como tampoco lo fue el helic贸ptero de Afganist谩n, o el coche bomba del L铆bano, ni tantos otros selectivos o no que se han producido en nuestro entorno m谩s pr贸ximo. Se trata del imperio de la irracionalidad, de la incultura y del falso sentimiento humano. Entend谩moslo as铆. Ni el “p谩salo” en la noche de reflexi贸n del 2004, ni las aseveraciones de “Espa帽a no se merece un Gobierno que mienta” de entonces, ni las acusaciones de si los blindados iban o no provistos de los ya c茅lebremente tristes inhibidores de frecuencia ahora, van a devolver la vida a quienes la dejaron desparramada en vagones de ferrocarril o amargas tierras de un pa铆s del Oriente Medio.

Los asesinos son otros. Enfermos de irracionalidad que desde su puesto de mando ordenan ajusticiamientos indiscriminados como los que nos est谩n ocupando los 煤ltimos tiempos, sin olvidar a aquellos de su propia raza y creencias a quienes ordenan inmolarse en aras de una vergonzosa interpretaci贸n del Libro Sagrado de la religi贸n de turno. Ni la Biblia ni el Koran, ni Dios ni Al谩 proclaman el asesinato ni el suicidio, antes bien pretenden la PAZ al precio que sea desde sus propios principios que curiosamente son los mismos en esencia.

Gloria a quienes hacen grande nuestra naci贸n con independencia de su pa铆s de origen. Solo sumando se perfila una tierra pr贸spera. Y si no veamos como los americanos del norte no tuvieron ning煤n remilgo a la hora de colocar en el Capitolio, en Washington, la figura gigante modelada en bronce de un fraile mallorqu铆n a quien se le consider贸 como el evangelizador de California. Fray Jun铆pero Serra, nacido en Petra, es considerado como uno de los padres de la patria americana, y es bien cierto que los propios nativos cuna de cherokees, apaches, arapajoes y mohicanos no saben muy bien “en donde cae eso de Petra” pero s铆 tienen claro que Fray Jun铆pero es americano, que est谩 enterrado en Carmel (California) y que naci贸 en alg煤n lugar de los EE.UU. ¿I que nos es guapo aix贸?

Como dijo en su homil铆a el Arzobispo castrense, pronunciada en los Funerales de Estado celebrados en Madrid… “Vosotros paracaidistas que tantas veces hab茅is bajado del cielo, ya hab茅is subido a 茅l” y a buen seguro, a帽adimos, que Al谩, misericordioso, les habr谩 acogido en su seno.

Que la sinraz贸n de la muerte provocada de forma tan est煤pida e irresponsable, arroje miseria y deshonor a quienes la postulan y ejecutan.

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