Banco de alimentos para necesitados

Sandra Katherine Moreno
En junio de 2002 y desde uno de los locales de la Iglesia Cristiana Evangélica, situada en la calle Industria, Nº 9, se puso en funcionamiento un BANCO DE ALIMENTOS, cuya función principal es la ayuda social, principalmente a todos aquellos inmigrantes recién llegados a nuestra isla, sea cual sea su credo o religión y que por múltiples motivos, todavía carecen de medios suficientes para poder comprar una serie de alimentos básicos.

Casi el 80% de los usuarios de dicho banco son latinoamericanos, mientras que el 20% restante se divide entre españoles e inmigrantes de otras naciones.


El Banco de Alimentos abre sus puertas cada lunes, entre las 17:30 y las 19 horas, siendo visitado y atendido en un promedio de 25 personas, las cuales y durante tres meses pueden adquirir los alimentos de forma totalmente gratuita. El único requisito que se les solicita es la presentación de un carnet, expedido por el propio centro.

Los alimentos que se distribuyen se obtienen principalmente por las ayudas económicas que realiza la Iglesia Cristiana Evangélica, aportaciones en género de los hermanos de la misma y por la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL).

Paquita Sampol, Dulcinea López, Ángela Valdivia y Rafael Mateos son los responsables de que este centro funcione y es de agradecer tan ardua y aplaudible labor, ya que de forma totalmente desinteresada ofrecen su tiempo y su trabajo para ayudar a los más necesitados. Es un ejemplo que muchos deberíamos seguir y tal vez, al finalizar nuestra jornada y llegar a nuestros hogares nos sentiríamos más útiles.

Al igual que La Iglesia Cristiana Evangélica tiene su BANCO DE ALIMENTOS, sabemos que en otras iglesias existen también estos tipos de ayuda, pues el sentir y la dirección están enfocados “en el gran amor que Jesucristo no solo enseño a sus discípulos y seguidores de ese tiempo, sino el actual”; con ello no se quiere obligar a nadie a que pertenezca o se congregue por compromiso a una de estás iglesias el llamado para quienes desean aceptar a Jesús en su corazón es voluntario, está ayuda es totalmente desinteresada como ya se ha expresado anteriormente, ya que la labor de la Congregación y de sus responsables no solo es material (en este caso los alimentos), sino llenar de cariño fraternal con una sonrisa, una palabra, un abrazo a todos aquellos que han venido de tierras lejanas buscando un algo en sus vidas, visualizando un futuro, sin importar o dar prelación a su raza, color, cultura y/o religión.

Si duda alguna España cuenta con menos necesidades que otros países y creemos que los inmigrantes traen otro tipo de riqueza el cual podemos compartir unos con otros, el aprender un modismo, una nueva cultura, léxico, formas de expresión es algo que hace parte de nuestra formación tanto personal, profesional como espiritual; nos ayuda a desprendernos de ciertas utopías y pensamientos errados que tenemos de otros países. No pretenden igualmente recibir nada a cambio, el amor verdadero se expresa como un: “a pesar de”, el simple hecho de ver ojos resplandecientes, agradecidos sin musitar si quiera una palabra por vuestras razones, nos llenan de gozo, tranquilidad, esperanza y de que todo es posible si se cree y se tiene fe.