-->
LO 脷LTIMO
 

El cisne naranja: La subida y caida de imperios...


 
Por ©Willy Grotty / Barranquilla 2025
 
El periodista econ贸mico de El Pa铆s de Espa帽a, Claudi P茅rez, con su habitual olfato para ponerle nombre a las rarezas de la historia econ贸mica, bautiz贸 como “cisne naranja” a Donald Trump. La expresi贸n es una iron铆a crom谩tica y conceptual: si el “cisne negro”, seg煤n Nassim Taleb, representa un hecho inesperado de enorme impacto, que no pudo anticiparse con los datos disponibles, el “cisne naranja” es justo lo contrario.
Trump no es un accidente impredecible sino la consecuencia inevitable de una econom铆a que no supo leer sus propios s铆ntomas. La met谩fora, que en el plumaje alude al personaje y en su vuelo a la nostalgia imperial, cobra pleno sentido si miramos el camino que llev贸 a Estados Unidos de ser la hiperpotencia incuestionable de los a帽os noventa a este presente de berrinches arancelarios y muros ideol贸gicos sin cimientos s贸lidos.
Tras la ca铆da del Muro de Berl铆n en 1989 y la desintegraci贸n de la Uni贸n Sovi茅tica en 1991, Estados Unidos crey贸 haber llegado al final de la historia. Fukuyama as铆 lo asegur贸. La Guerra Fr铆a termin贸 sin disparar una sola bala en su 煤ltima batalla, y la fe en el mercado como instrumento de redenci贸n global se convirti贸 en doctrina. En ese mundo unipolar, Washington impuso condiciones, export贸 valores, invadi贸 naciones, dict贸 sentencias y dise帽贸 la globalizaci贸n a su medida. Entre tanto, en 1999, aviones de la OTAN bombardearon por “error” la embajada de China en Belgrado. Beijing no alz贸 la voz. Ni una guerra, ni un veto. En vez de venganza, opt贸 por la t谩ctica milenaria del Arte de la Guerra de Sun Tzu: reposicionarse en silencio.

China acogi贸 la deslocalizaci贸n de f谩bricas occidentales (americanas) en sus cantones con una mezcla de humildad estrat茅gica y visi贸n de largo plazo. No fue una rendici贸n, sino una inmersi贸n: acept贸 su rol como maquiladora o f谩brica del mundo, toler贸 condiciones laborales que habr铆an escandalizado a cualquier sindicato europeo y convirti贸 sus ciudades en talleres de ensamblaje de la modernidad. Pero no lo hizo por docilidad: lo hizo para aprender. Miles de ingenieros chinos se formaron en universidades estadounidenses mientras sus padres ensamblaban iPhones. Cuando en 2001 China entr贸 a la OMC, ya no era solo una naci贸n emergente: era una potencia latente, afinando sus motores.

Durante esos a帽os, Estados Unidos crey贸 que la globalizaci贸n era un espejo que siempre le devolver铆a su propio reflejo. No entendi贸 que, mientras las ganancias se inflaban por los bajos costos de producci贸n, su base industrial se oxidaba internamente. Ni que, mientras celebraba su d茅ficit de cuenta corriente como una se帽al de dinamismo, ced铆a terreno real en manufactura, infraestructura y hasta en soberan铆a tecnol贸gica. Washington pens贸 que pod铆a ser la mente del mundo mientras los otros pon铆an las manos. Pero las manos tambi茅n aprenden, tambi茅n piensan, y a veces construyen su propia cabeza.

Hoy, cuando ese gigante dormido que fue China se despereza como primera potencia exportadora, tecnol贸gica y financiera, el Cisne Naranja bate sus alas, grazna con torpeza y ruido. Trump encarna no solo el desconcierto, sino tambi茅n la furia del declive. Quiere revertir d茅cadas de errores con tarifas improvisadas, guerras comerciales y discursos de patio trasero. China no es Latinoam茅rica. ¿Cree que gritar “America First” basta para que el tiempo vuelva atr谩s?. El da帽o est谩 hecho. Y consolidado. Los aranceles no reemplazan las f谩bricas cerradas, ni las promesas proteccionistas sustituyen a los empleos que volaron al otro lado del Pac铆fico. Ahora relocalizar las industrias hacia USA no es f谩cil, ahora son cadenas de valor y el mundo cambi贸. 

El cisne naranja, a diferencia del negro, no sorprende por su aparici贸n, sino por su negaci贸n del pasado. Quiere rehacer el mundo sin entender c贸mo lo perdi贸. Como esos jugadores de ajedrez que golpean el tablero cuando descubren, demasiado tarde, que la estrategia rival comenz贸 veinte movimientos atr谩s. China, paciente y milenaria, ya hizo su jugada. Y el 脕guila Norteamericana, en lugar de aceptar el empate, quiere reiniciar la partida a punta de sanciones. Tendr谩 que negociar, pero no podr谩 lograr el "America First"
 
As铆 que ah铆 lo tienen: el cisne naranja no es un error. Es la factura del autoenga帽o. No vuela, grazna. Y su canto final no es tragedia, sino comedia de errores, escrita con tinta roja de d茅ficits gemelos (fiscal y externo) y nostalgia imperial. Porque si algo ense帽a la historia econ贸mica es que los imperios no caen por enemigos externos, sino por no ver y saber mover las piezas a tiempo.
 

https://static.vecteezy.com/system/resources/thumbnails/015/309/682/small/china-waving-flag-realistic-transparent-background-free-png.png

LA EXPANSI脫N GLOBAL DE CHINA

INVERSIONES EXTRANJERAS

+850% desde 2000 (US$2.5 billones acumulados)

馃搷 脕frica: 10,000 proyectos

馃搷 Am茅rica Latina: US$150 mil millones

NUEVA RUTA DE LA SEDA

152

PA脥SES PARTICIPANTES

US$1

BILL脫N INVERSI脫N ANUAL

3,000+

PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA

DOMINIO TECNOL脫GICO

H

HUAWEI
1° en 5G global

T

TIKTOK
1.5B usuarios

S

SHEIN
US$30B en ventas

HUELLA GLOBAL

脕frica: 53/54 pa铆ses
Asia: 100% cobertura
Europa: 37/44 pa铆ses
Am茅rica: 31/35 pa铆ses

*Presencia comercial, inversiones o proyectos de infraestructuras

Fuente: Banco Mundial, AEI, China Global Investment Tracker (2023)

Publicar un comentario

0 Comentarios