“Mario, lo único que sabes hacer bien es escribir”

   

Víctor Gistau / Dice el premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa que le decía frecuentemente su mujer con la que lleva felizmente casado 45 años. 
Así se expresó en el discurso que en la tarde del martes 7 de diciembre pronunció el escritor en la Academia sueca con motivo de la aceptación del prestigioso premio de literatura.

En un repaso por su vida, azarosamente tratada por los viajes y las diferentes residencias fuera de su Perú natal, ha definido la literatura como la razón de su existencia, porque le ha permitido defender a quien nadie quería hacerlo frente a dictados autocráticos y en defensa de la libertad de libertades… la democracia. Ha formulado un cántico a su país de adopción España, que le dio la “doble nacionalidad cuando estuvo a punto de perder la suya, la peruana”. Su crítica más responsable ha ligado a los regímenes dictatoriales con los nacionalismos a los que ha tildado de la peor solución para la convivencia entre los pueblos, si bien se ha referido a aquellos que se relacionan directamente con naciones y pueblos.

Nunca se ha sentido extranjero allá en donde ha vivido, y se ha confesado un enamorado de la literatura francesa. Desde muy joven compendió que tenía que hollar con sus pies el mismísimo París, para poder beber en las fuentes de Stendal, Balzac, Baudelaire… 

Luchador nato, ha encontrado en la literatura el refugio ideal para cuando el nerviosismo y un conato de depresión hacían mella en su ánimo. Con la literatura ha sido capaz de sentirse lo que es; un hombre inquieto que ha pretendido trasladar la ficción encerrada en unos relatos hasta la realidad de la propia vida.

Este premio es lo más importante que le ha sucedido en su vida, y lo ofreció a su mujer quien cuando le reñía lo hacía con tanta ternura que a él mismo no se lo parecía. Incansable compañera que todo lo hace bien, incluso el hacer y deshacer las maletas.

Mario Vargas Llosa, una razón para aficionarse a la lectura.