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Ecuador: Cr贸nica del 30s

Por Ricardo Cana

Hace UNOS D脥AS el fantasma del golpismo en Latinoam茅rica volv铆a a asomar con fuerza en Ecuador. Su presidente, Rafael Correa, anunciaba por radio que estaba “retenido” en el Hospital de la Polic铆a a las afueras de Quito. Sus captores, precisamente, lo conformaban un n煤mero indeterminado de agentes de la polic铆a que hab铆an tomado por la fuerza las instalaciones sanitarias para que el presidente ecuatoriano rectificara en una ley del sector p煤blico, por la cual se eliminar铆an bonificaciones por ascensos, a帽os de servicio, condecoraciones, aniversarios y regalos navide帽os. Al mismo tiempo, miembros de la Fuerza A茅rea hab铆an tomado el control del aeropuerto de Quito impidiendo cualquier salida o entrada de aviones.


En ese momento las noticias eran confusas y las palabras de Correa en medio de la sublevaci贸n policial no invitaban al optimismo: “Si quieren matar al presidente, m谩tenlo”. Todo hac铆a presagiar lo peor y pronto las redes sociales informaban al un铆sono de un golpe que ten铆a tintes parecidos al de Honduras.

A partir de entonces, ciudadanas y ciudadanos de todo el mundo jugaron un papel fundamental para el devenir de los acontecimientos. Redes sociales como Twitter volv铆an a demostrar su potencial ante crisis y conflictos que superaban la capacidad de reacci贸n de los medios convencionales. En poco tiempo los hashtag (etiquetas de Twitter para crear categor铆as) se dispararon de forma exponencial en t贸picos como #Ecuador, #PoliciaEc, #30S, #correa o #crisisecuador, por citar los m谩s seguidos. Todos ellos se actualizaron casi al minuto en las m谩s de 12 horas que dur贸 el secuestro del presidente y todav铆a hoy, una semana despu茅s, siguen destapando nuevas informaciones de la presunta asonada policial.

La mayor铆a de mensajes reflejaban la preocupaci贸n y ped铆an una r谩pida intervenci贸n de la comunidad internacional. Sin embargo, algunas personas no se acababan de creer la versi贸n del presidente y simplemente ve铆an una sublevaci贸n o rebeli贸n policial disfrazada como tentativa golpista por intereses gubernamentales. Una versi贸n que tratan de imponer los medios opositores y que tuvo su mejor base en las declaraciones de dos m茅dicos que se encontraban esa tarde en el hospital policial, en las que afirman que “el presidente no estuvo retenido y no sali贸 por propia voluntad”. Por su parte, una grabaci贸n de la radio policial, que fue difundida por Radio de Los Andes, podr铆a ser la mejor prueba que tiene Rafael Correa para demostrar su versi贸n de los hechos sobre el intento de magnicidio.

Emisi贸n de la cadena estatal
S贸lo la Radio del Sur y Telesur, ambas venezolanas, romp铆an la omnipresencia de Twitter y la cadena estatal en esos momentos. Ambas emit铆an en directo para todo el mundo por Internet. El Ejecutivo de Ecuador hab铆a mandado a todas las cadenas del pa铆s a emitir la se帽al p煤blica previo paso a declarar el estado de excepci贸n en todo el pa铆s, que curiosamente fue anunciado por su twitter personal @Presidencia_Ec. Esta maniobra fue tachada como censura por sectores de la oposici贸n y medios de comunicaci贸n privados.

El periodismo ciudadano fue fundamental para conocer nuevas informaciones casi al minuto de lo que estaba sucediendo. Una de las m谩s seguidas y retwitteadas fue Susana Mor谩n, periodista del diario El Comercio de Ecuador, que firma sus entradas con el pseud贸nimo @susanamorg y que cuenta actualmente con m谩s de 8.000 seguidores. Tambi茅n los propios comunicados del Gobierno, como los del canciller Ricardo Pati帽o arengando a la poblaci贸n a “rescatar” a Correa.

Este mensaje tardar铆a poco en surtir efecto. Miles de personas se fueron acercando poco a poco a las inmediaciones del hospital para exigir a los polic铆as que permitieran la salida de su presidente. A este apoyo popular se uni贸 la condena internacional de la mayor铆a de l铆deres regionales, incluida la del presidente colombiano Juan Manuel Santos, quiz谩s la m谩s esperada por las dif铆ciles relaciones que mantienen ambos pa铆ses tras el ataque a las FARC en territorio ecuatoriano. La de Estados Unidos tard贸 un poco m谩s, pero finalmente llegar铆a de la mano de la secretaria de Defensa, Hillary Clinton. Aunque evit贸 llamar a lo ocurrido como golpe, sustituy茅ndolo por un t茅rmino difuso como “alzamiento”.

Gobierno apunta a Lucio Guti茅rrez
Rafael Correa tambi茅n recibi贸 el respaldo de l铆deres opositores de su pa铆s como Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil, o del ex presidente Abdal谩 Bucaram, quien sufriera en sus propias carnes un golpe de Estado. Nada se sab铆a sin embargo de otro ex, Lucio Guti茅rrez, l铆der del partido Sociedad Patri贸tica, sobre el cual planeaba la sombra de la sospecha. Rafael Correa le hab铆a apuntado directamente como instigador del golpe.

La decisi贸n de las Fuerzas Armadas de apoyar la legitimidad del presidente elegido constitucionalmente en las urnas fue clave para ahuyentar el fantasma del golpe definitivamente. Esta instituci贸n hab铆a sido clave en los ocho golpes anteriores que sufri贸 el pa铆s entre 1996 y 2006, sin embargo, en esta ocasi贸n los militares decid铆an dar un paso al frente para salvar al mandatario.

Unas horas despu茅s Rafael Correa sal铆a del hospital y se dirig铆a a sus seguidores desde el balc贸n de Carondelet anunciando que no habr铆a “ni olvido, ni perd贸n” para los participantes y anunci贸 que seguir铆a adelante con las reformas que supuestamente provocaron la asonada: “Algunos me confirmaron que hab铆an sido manipulados y que no conoc铆an la reforma”, resalt贸. A d铆a de hoy m谩s de 50 personas han sido detenidas por su participaci贸n directa o indirecta en los hechos. Al mismo tiempo quiso lavar la imagen del cuerpo de polic铆a al declarar que s贸lo fueron unos pocos los que participaron en la tentativa.

El 30s ecuatoriano ya es comparado con el golpe que sufri贸 Hugo Ch谩vez en 2002. El presidente venezolano sali贸 fortalecido tras el enorme respaldo popular que recibi贸 en aquella ocasi贸n. La figura de Rafael Correa tambi茅n ha salido victoriosa y seg煤n las encuestas su popularidad en la capital ha subido al 75%. De c贸mo gestione esta crisis depender谩 en gran parte que el pa铆s recupere la estabilidad pol铆tica hasta las pr贸ximas elecciones.

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