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El “delator” que permitió la muerte de Reyes cobrará tres millones de dólares

El bombardeo a un campamento de las FARC en Ecuador que el 1 de marzo pasado causó la muerte del segundo jefe de esa organización, Raúl Reyes, fue posible gracias a datos suministrados por un guerrillero que cobrará por ello una recompensa de casi 3 millones de dólares, revelaron fuentes oficiales colombianas.

El dato está contenido en un informe publicado hoy por el diario bogotano El Tiempo, en el que funcionarios no identificados del gobierno aseguran además que en los últimos años se pagaron recompensas por más de 5,6 millones de dólares a guerrilleros delatores sólo por datos que permitieron matar jefes de las FARC.

Una fuente a la que el periódico cita como "uno de los hombres encargados" de pagar las recompensas aseguró que en los últimos años la colaboración de los delatores con la fuerza pública y la efectividad de las operaciones aumentó 90 por ciento.

La nota indica que hay dos tipos de compensaciones para retribuir a quienes dan información que permita causar perjuicio a las FARC.

Por un lado, las llamadas "bonificaciones", que se otorgan a quienes entreguen información o materiales que permitan evitar daños y que son las que permitieron iniciar las cadenas de delaciones que terminaron con las bajas de varios líderes de las FARC.

Desde 2003 el gobierno pagó bonificaciones por una suma global de nueve millones de dólares y la más grande abonada hasta ahora es de poco más de 236.000 dólares, por la entrega de 1.570 kilos de cocaína.

Por otra parte existen las "recompensas", con las que se paga información que conduzca a "una operación exitosa contra las cabezas de una organización armada" y que se solventan con fondos reservados, de acuerdo con la ley 1.097, sancionada en 2006.

De acuerdo con el texto, se han pagado bonificaciones de menos de tres dólares por un cilindro de gas vacío, de 10.700 dólares por un misil tierra-aire o de 41.700 dólares por operaciones para liberar policías o militares secuestrados.

El informe da cuenta de la sucesión de delaciones sufridas por el comandante de las FARC Manuel Muñoz, alias Iván Ríos, muerto en marzo pasado por el guerrillero Pablo Montoya, alias Rojas, quien tenía la esperanza de cobrar por ello unos tres millones de dólares pero sólo percibirá unos 477.000 dólares.

De acuerdo con el reporte, Ríos "abrió el camino para que cavaran su tumba" a fines de 2004, cuando castigó severamente a su hasta entonces jefe de seguridad, alias Garra, por haberse enamorado de una campesina a la que había dejado embarazada.

Garra relató que fue destinado a Tolima para que se alejara de su mujer.

"Me tocaba volar un puente para que la tropa no llegara rápido, pero yo ya no pensaba en eso, estaba lleno de rabia porque quería conocer a mi hija", expresó. "Uno sabe que los jefes tienen sus hijos y van a visitarlos y les mandan plata, y a los mandos medios nos negaban esa posibilidad", añadió.

Garra narró que mojó su equipo de comunicación para que nadie pudiera preguntarle si había volado el puente y que dos días después, cuando apareció, fue acusado de traición pero Ríos aceptó destinarlo a otro frente.

De allí, tras 16 años en las FARC, huyó a Medellín y trabajó un mes como vigilante, hasta que se encontró con otro guerrillero desmovilizado que lo presentó ante la brigada del Ejército de Caldas.

Garra confesó que en julio de 2006 participó de una operación militar en la que Ríos fue herido y en la que su intervención permitió que tres guerrilleros se entregaran y las autoridades capturaran dos computadoras y una tonelada de explosivos, por lo que recibió su primera recompensa, de poco más de 26.000 dólares.

"Ahí comenzaron todas las cadenas de información que han terminado en los duros golpes a las FARC desde el año pasado", sostiene el informe.

El texto añade que quien dio la información necesaria para que las fuerzas militares mataran a fines de agosto de 2007 al comandante Tomás Medina Caracas, alias Negro Acacio, y a otros 16 guerrilleros, recibió como recompensa poco menos de 1,2 millón de dólares.

Ese informante, al que no se identifica, era "uno de su entera confianza" (de Acacio), "uno que hasta el día de la tentación guardaba sus pasos" y al que luego las autoridades "tuvieron en varias ciudades del país" junto a su compañera, "hasta que le entregaron la plata y emprendió con ella un nuevo rumbo".

La nota indica que "con la información que esa red dio se desató la operación que arrinconó a Ríos y le prendió las luces a Rojas sobre la manera de ganarse 5.000 millones" de pesos colombianos, equivalentes a casi tres millones de dólares.

Pero "para no mandar el mensaje de que matar paga, su recompensa terminará siendo de 800 millones", equivalentes a unos 477.000 dólares, agrega.

El que "sí recibirá 5.000 millones de pesos, la más grande recompensa hasta ahora", es quien "indicó dónde debían lanzar las bombas que sin falla acabarían con Raúl Reyes", añade la nota. (TELAM)
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