Un viaje a trav茅s de la pantalla que refleja los cambios en nuestra propia sociedad y psicolog铆a colectiva
© PLB / El h茅roe cinematogr谩fico ha sido siempre un espejo de los valores, miedos y aspiraciones de su 茅poca. Su transformaci贸n a lo largo de las d茅cadas es un relato fascinante que nos cuenta mucho m谩s sobre nosotros mismos que sobre el propio cine. Hemos pasado de idolatrar a figuras de rectitud moral inquebrantable a identificarnos con personajes llenos de claroscuros, traumas y contradicciones.
LA ERA DEL MACHO INVENCIBLE: H脡ROES DE P脫STER
En los albores del cine cl谩sico, especialmente en las d茅cadas de 1930 a 1950, el h茅roe era un arquetipo claro e idealizado. Encarnaba el honor, la valent铆a y la fuerza f铆sica sin fisuras.
El Cowboy y el Detective: Figuras como John Wayne o Humphrey Bogart representaban al hombre estoico, de pocas palabras, que resolv铆a los problemas con los pu帽os o una pistola, y cuya moral era un faro en un mundo corrupto. Eran s铆mbolos de orden y justicia, predecibles en su nobleza.
Eran f铆sicamente imponentes, emocionalmente herm茅ticos y moralmente incuestionables. Sus motivaciones eran simples: salvar a la damisela en apuros, defender al d茅bil y restaurar el statu quo. No ten铆an dudas internas ni pasaban por sesiones de terapia. Su fortaleza era su escudo y su debilidad, un tab煤.
LA GRIETA EN LA ARMADURA: LA LLEGADA DE LA CONTRACULTURAEntre las d茅cadas de 1960 y 1970, el mundo cambi贸, y con 茅l, el cine. La Guerra de Vietnam, los movimientos por los derechos civiles y la desconfianza en las instituciones crearon una audiencia m谩s c铆nica y cr铆tica. El h茅roe comenz贸 a mostrar grietas.
El Antih茅roe C铆nico: Personajes como Travis Bickle en Taxi Driver o Michael Corleone en El Padrino desdibujaron la l铆nea entre el bien y el mal. Eran hombres atormentados, violentos y moralmente ambiguos. No buscaban salvar el mundo, sino navegar (o hundirse) en su propio caos interno.
La Vulnerabilidad F铆sica y Emocional: Incluso los h茅roes de acci贸n como Rocky Balboa no eran invencibles. Rocky perd铆a, sent铆a miedo y su motivaci贸n no era la gloria, sino el auto-respeto y el amor. Era un perdedor simp谩tico, lejos del atleta imbatible.
LA D脡CADA DEL ESPECT脕CULO: H脡ROES CON DEMONIOS INTERIORESLos 80 y 90 consolidaron el h茅roe de bloquebuster, pero con un giro. Aunque f铆sicamente poderosos, cargaban con traumas del pasado y un lado oscuro palpable.
El Vengador Atormentado: Max Rockatansky en Mad Max y, sobre todo, Bruce Wayne en Batman de Tim Burton, eran h茅roes definidos por su dolor. Su lucha no era solo contra un villano, sino contra sus propios fantasmas. La venganza se convirti贸 en una motivaci贸n leg铆tima y compleja.
El Intelecto sobre la Fuerza Bruta: Indiana Jones y Ellen Ripley en Alien combinaban la acci贸n con el ingenio y un miedo muy humano. Ripley, en particular, rompi贸 el molde al ser una hero铆na maternal y resiliente, cuya fuerza no proven铆a de los m煤sculos, sino de la supervivencia y el instinto de protecci贸n.
EL H脡ROE FRAGMENTADO: LA COMPLEJIDAD DEL NUEVO MILENIOEl siglo XXI nos trajo al h茅roe desconstruido, vulnerable y profundamente imperfecto. La l铆nea entre h茅roe y villano se volvi贸 casi invisible.
El H茅roe con Trastorno de Estr茅s Postraum谩tico: Tony Stark en Iron Man es un genio millonario, pero tambi茅n un hombre egoc茅ntrico y con ansiedad que usa su traje como una armadura psicol贸gica. Furiosa en Mad Max: Fury Road es una guerrera que busca redenci贸n, no gloria.
El Antih茅roe como Protagonista Absoluto: Series como Breaking Bad llevaron esto al extremo con Walter White, un hombre com煤n cuya b煤squeda de poder y legado lo transforman en un monstruo. El p煤blico se pregunta constantemente: "¿Estoy apoyando al buen hombre?".
La Emoci贸n como Fortaleza: En la animaci贸n, h茅roes como Miguel en Coco o Mirabel en Encanto encuentran su poder no en la fuerza, sino en la empat铆a, la familia y la vulnerabilidad emocional. Llorar ya no es una debilidad; es un acto de valent铆a.
EL H脡ROE COMO REFLEJO DE NUESTRA PROPIA COMPLEJIDADLa evoluci贸n del h茅roe cinematogr谩fico —del macho invencible al antih茅roe vulnerable— es un testimonio de nuestra propia madurez emocional como audiencia. Ya no buscamos figuras perfectas a las que admirar, sino espejos en los que reconocernos.
Buscan personajes con conflictos internos, dilemas morales y heridas abiertas, porque nosotros tambi茅n las tenemos. El h茅roe moderno ya no nos salva de los monstruos; nos ense帽a que la verdadera heroicidad reside en enfrentar nuestros propios monstruos internos y, a pesar de todo, seguir adelante. La pr贸xima vez que veas una pel铆cula, f铆jate no en la fuerza del h茅roe, sino en sus debilidades. Ah铆 es donde reside su humanidad, y la nuestra.








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