Más Allá de la Piel: Lenis Santana y su Visión del Arte del Desnudo

LA MODELO ÉBANO DE ARTE

Lenis Santana: "La quietud de tantas poses hizo que quisiera plasmar mis inquietudes"

Alondra / PLB / A lo largo de toda la Historia del Arte, el artista se ha valido de modelos para la creación de su obra, pero poco se sabe de quienes posan, más allá de la imagen de su cuerpo retratado en la pintura, escultura o fotografía. La experiencia de los modelos es casi invisible, y Lenis, una afrocolombiana nacida en Cartagena de Indias, ha logrado dar varias vueltas al mundo con su impresionante talento.

Tras convertirse en la modelo principal en Escuelas de Arte de Europa, como en la majestuosa Florencia, Lenis entendió que su relación con el arte no se limitaba a la piel. “Hay muchas sombras alrededor del tema”, comenta, haciendo referencia a lo difícil que es encontrar información sobre la relación entre el cuerpo y el arte. Para ella, este encuentro con el arte fue algo más que un choque con la desnudez; fue un proceso de descubrimiento profundo. "Cuando llegué a Europa llevaba 14 años caminando desnuda", dice, revelando la intensidad de esa conexión con su cuerpo y su arte.

En cuanto a cómo conjuga su trabajo con su vida cotidiana, Lenis explica con tranquilidad que para ella no hay distinción. “Mi trabajo y mi vida son complementarias, soy una modelo imperfecta, y me gusta mucho”. Para ella, el éxito reside en continuar, en seguir descubriendo los potenciales de quién es y dónde está. Recuerda que su primera experiencia de posar desnuda fue un choque entre la educación recibida de niña, que enseñaba que no era correcto andar desnudo, y una sociedad donde todo el mundo parece estar cubierto. El proceso de su carrera como modelo fue algo casual. Se formó inicialmente como modelo comercial y, cuando Luis Vargas, un pintor colombiano, le propuso posar para él, Lenis experimentó un conflicto, pero también un poderoso reto. Así fue como comenzó a traspasar las fronteras entre lo frágil del arte y la posesión del propio cuerpo. “No solo quería ser la modelo de alguien, sino también la modelo de mí misma, a través del performance o la fotografía”.

Lenis describe su trabajo como un acto que va más allá de quedarse quieta esperando que el pintor termine. “Mi trabajo en teoría consiste en quedarme quieta, pero en realidad es un mundo con muchos más ingredientes”, dice. La quietud, que para algunos podría ser un confinamiento, para ella se convierte en un torbellino interior. Aunque admite que, al entrar al taller de un artista que solo pide una pose, siente que no puede hacerlo porque sería como prestar su cuerpo sin aportarle algo intelectual al arte. “Debe ser una conexión profunda, no solo física”, señala.

Su procedencia, añade Lenis, nunca fue un peso, sino un valor. La migración, aunque una condición en su vida, nunca fue un impedimento para la comunicación. “Aprendí italiano, pero lo mejor fue expresarme con el arte, sin palabras”, dice. Al llegar a Italia, se convirtió en una modelo renacentista, una transformación profunda que le permitió explorar un nuevo mundo. “Me he enfrentado a artistas que no conocen mucho del arte y, al perder el control, la relación artística se acaba rápidamente”, comenta sobre los desafíos de trabajar en un entorno tan diverso.

De niña, Lenis creció en una familia humilde pero feliz, formada por cuatro miembros. Siempre fue soñadora, una característica que nunca ha dejado de lado. Recuerda con cariño a Luis Vargas, su primer pintor, y la amistad que sigue vigente después de 40 años. En Colombia, posó para grandes fotógrafos como Nereo y Lockhart, y fue en París donde vivió una experiencia curiosa al cruzarse con personas de Eritrea, quienes la confundieron con una de su etnia y le hablaron en tigriña. Este momento, según ella, le permitió entender una conexión ancestral entre su Cartagena natal y África, al notar detalles en su cuerpo que coincidían con los rasgos de la etnia africana.

En cuanto a su primer contacto con el escenario artístico, Lenis reconoce que siempre tuvo a su lado a artistas y amigos que entendían la importancia de su oficio. La interacción con los artistas le permitió conocer su propio cuerpo de una manera única. “Hay pocos momentos en la vida como los que vivo cuando mi ser establece una relación de cuerpo y espíritu, de silencio y distancia, con quien sirvo para el arte”, expresa con pasión.

Su incursión en la escritura llegó de manera natural. Comenzó a vivir no solo como modelo, sino también como una acción artística que se afirmaba en su corporalidad. Cada pose le llenaba de reflexiones que luego investigaba y que, eventualmente, dieron forma a un libro. “No soy escritora, pero me propuse organizar todo lo relacionado con los procesos históricos del arte vinculados al cuerpo y al desnudo”, cuenta. Este proceso, que se materializó en Biografía del Desnudo: Visión, Acción y Función del Arte de Posar, fue una manera de compartir no solo su conocimiento, sino también sus reflexiones sobre el cuerpo y su papel en el arte. A pesar de las tentaciones de hacer de su libro una biografía personal, decidió enfocarse en lo que realmente le interesaba: explorar el significado profundo de posar.

Sobre el éxito personal, Lenis no tiene una definición clara. “El éxito no es un objetivo específico, trato siempre de cumplir mis propósitos, los sueños que me embarco”, asegura. Para ella, lo importante es el camino y la conciencia crítica que se ha ido gestando en su práctica artística, un camino que la ha llevado a cuestionar y reflexionar sobre el significado de su oficio. En su recorrido, se encuentra con el pensamiento del historiador español Carlos Reyero, que dice que el cuerpo en el espacio de trabajo es un “extraño instrumento de la creación” y que es, en sí mismo, la creación.

Además de su carrera como modelo, Lenis mantiene otros proyectos paralelos. “Vivo dentro del arte desde hace varias décadas, pero mis acciones han variado. Pinto, hago intervenciones artísticas, estudio mi historia y viajo tanto como puedo”, dice. Actualmente está trabajando en un proyecto para reinterpretar el personaje de la Menina, creando algo completamente nuevo a partir de esa figura clásica. También planea reeditar su libro en una segunda edición, que será publicada en Mallorca, con el apoyo del Ministerio de Cultura.