Michelle Cerdà: Superando barreras y defendiendo sueños en el fútbol femenino

  

Víctor Gistau

De mis conversaciones…
MICHELLE CERDÁ

Iniciamos nuestra sección con una conversación mantenida con una jugadora de fútbol que se ha formado en esta práctica deportiva que, a pesar de las casi inexistentes categorías federadas hace 10 años, para aquellas niñas que deseaban participar en una competición reglada, el espíritu y el deseo les impulsaba a pedir a sus padres que querían jugar al fútbol y aprender de esa disciplina.

Este es el caso de Michelle Cerdà, quien nos cuenta que “empecé a jugar en el mismo patio del colegio, y hasta los momentos presentes me sirvió para avanzar en los conocimientos que me han permitido jugar ahora en el At. Baleares”.

 De jugar al fútbol en la escoleta a participar en la competición federada siempre lo vio como una meta para alcanzar sus deseos. “Desde muy pequeña le dije a mi padre que quería jugar al fútbol, y él, a pesar de la extrañeza que le supuso mi planteamiento, no dudó ni un solo instante en apoyarme”.

Consiguió que su padre se lanzara a buscar un equipo en el que pudiera jugar. La cosa no fue fácil, ya que casi no había clubes con sección de fútbol femenino. “Mi padre, que era amigo personal de otro padre cuyos hijos jugaban en la categoría alevín de fútbol masculino y que además era profesor de Educación Física (Víctor Gistau en la foto con Michelle), le propuso que me incorporara al club del Recreativo La Victoria en s’Indiotería formando parte de un equipo mixto”. Y de ahí siguió ascendiendo peldaños hasta llegar a defender la portería del At. Baleares, que milita en la categoría nacional de la 3ª Federación.

Dos años después de jugar en el equipo mixto del club de S’Indiotería, ficha por el AD Son Sardina, donde permaneció 8 años hasta que el equipo actual la fichó. “Fueron 8 años en los que, tras superar el periodo de jugar en un equipo mixto, se fueron añadiendo a mis deseos los conocimientos, las técnicas, el respeto y la tolerancia”.

Michelle cree que todos los estamentos del fútbol deben regirse por estas normas porque sin ellas no es posible alcanzar las metas. “En el fútbol base es muy bueno que los árbitros enseñen a las jugadoras cómo deben comportarse en el terreno de juego, incluso corrigiendo situaciones. Últimamente se está extendiendo esta actitud”.

Su empeño la llevó a formar parte de algunas convocatorias de la Selección Balear de fútbol alevín y hasta las categorías de Sub 15, Sub 17 y la absoluta.

 

Me interesó saber cómo encajaba las críticas hacia la portera de un equipo cuando los espectadores del equipo contrario se colocaban detrás de la portería e increpaban. “La verdad es que siempre hay alguien que se pasa un poco, pero por lo general esas actitudes no son muy extendidas”.

Es una gran admiradora de dos jugadoras que no son mallorquinas, pero que considera un referente: “Son Alexia Putellas y Olga Carmona”, ya que la primera es doble balón de oro mundial y Olga fue la autora del gol que nos dio el Campeonato del Mundo.

Hace un guiño a los clubes que incorporan equipos mixtos a sus disciplinas, siempre y cuando no tengan una sección de fútbol femenino. Se manifiesta en que “los equipos mixtos deben mantenerse hasta que las jugadoras alcancen a competir en categorías superiores a los alevines, e incluso en infantiles, porque a esas edades las constituciones físicas mantienen otros parámetros. Un chico respecto de una chica de la misma edad tienen un desarrollo físico diferente, incluso en los entrenamientos”.

Actualmente está estudiando Comercio Mercantil y no descuida los entrenos, que son la base de los equipos respecto a los partidos que debe disputar. Sabemos que para muchas jugadoras esto puede ser un auténtico latazo, pero Michelle se expresa diciendo que “aunque en alguna ocasión así se podría considerar, son muchos más los momentos en los que me lo paso bien fomentando incluso el compañerismo”.

Le pregunté si alguna vez, tras un partido poco agraciado con el resultado o por su poca fortuna en las intervenciones, se ha llegado a preguntar si “hoy, más me hubiera valido quedarme en casa…”. “No, en absoluto. Los partidos siempre hay que jugarlos, porque si lo haces, siempre ganas, aunque el marcador se empeñe en decirnos lo contrario”.

Michelle es una joven deportista, adalid de una época de reciente historia que estudia mientras disfruta jugando al fútbol. Como ella misma nos dijo: “Si jugamos, siempre ganamos”, una lección que forma parte de una realidad elevada al grado de testimonio fiel.