Farc fusilan a cabecilla por decir que la guerrilla no tiene futuro

Alfonso Cano, comandante de las FARC

Un miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), conocido como El Sordo o Lucho, que había sido reclutado por el grupo insurgente desde los siete años, fue fusilado por sus compañeros, como sentencia de un consejo de guerra —denominado Tribunal Revolucionario–, por tener la osadía de decir que «las FARC no tiene futuro», según informó el comandante general de las Fuerzas Militares de Colombia, el almirante Edgar Cely Núñez.

En el consejo de guerra en el que se sentenció su fusilamiento, participaron 32 guerrilleros, 28 de los cuales votaron por su muerte por haber traicionado al grupo insurgente y cuatro restantes pidieron su absolución, para darle otra oportunidad; según ha agregado el comandante.
En sus palabras: “ Lo ajusticiaron, lo mataron porque dijo que las FARC ya no tenían futuro. Sus compañeros no le perdonaron el fatal error de decir que 'las FARC ya no tienen futuro', porque para ellos este hecho es considerado como una desmoralización insuperable que no tiene solución. [Este hecho] pone de manifiesto la disciplina estalinista y la paranoia de las FARC. [Pido a los guerrilleros que quedan] que se desmovilicen para que no terminen asesinados por su propios compañeros. Este guerrillero desde los siete años estaba inmerso en las FARC y cuando se atreve a decir que no tienen futuro lo asesinan (...) Que puede ofrecerle al país una guerrilla que no respeta la vida de sus miembros. ”

Alias El Sordo, encargado del reclutamiento en las filas de menores y de su posterior adoctrinamiento, había ingresado a la organización subversiva desde joven, se especializó en explosivos y, tras ganarse la confianza de la organización, se convirtió en el hombre de confianza del jefe de la columna Leonel Paz, conocido con el alias de Caballo.

El insurgente, según se ha informado, de 30 años de edad, fue asesinado el pasado 17 de octubre, en un campamento en el caserío de Miranda, Cauca, al lado de un árbol y atado con cadenas en el cuello, las manos y los pies, justo antes de que fuera hallado por tropas del ejercito.

El cuerpo, fue encontrado por tropas del Comando Conjunto del Pacífico del ejercito, al mando del general Jairo Antonio Herazo Marzola, que patrullaban la zona, junto a un acta en las que se explicaban las razones por las cuales el cabecilla debía ser ajusticiado.

Entre las razones que señalaba el documento, estaban sospechas de hurto de dinero a la organización y fuga de información, por parte del combatiente. A lo que se agrega: "Lo otro es el hecho de ponerse hablar de que aquí ya no hay futuro ¿qué quería con esto conseguir? ¿bajarnos la moral a los demás? No nos pongamos con cosas de que por que es 'Lucho' y lleva 23 años en la guerrilla no hay que fusilarlo, ¿no hay otros guerrilleros de más años que también los han fusilado?"

En el marco de esta operación, fueron incautados materiales de guerra, computadores y memorias usb. Asimismo, fueron capturadas dos guerrilleras, de 15 años de edad, integrantes de la columna móvil Gabriel Galviz, que custodiaban el campamento y el cadáver.

Ellas, quienes llevaban entre dos y once meses en las filas del grupo insurgente, fueron puestas al cuidado del Bienestar Familiar. Ninguna de las dos opuso resistencia a la captura, pese a que ambas portaban fusiles AK47.