Marina luz Pozzebón o el arte de la fotografía

Marina luz Pozzebón

Lía Sisti

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En su nombre viene escrito su destino. Marina Luz Posebón se dedica a la fotografía, donde la luz se convierte en un papel preponderante.
Mientras estudiaba su carrera de publicidad en Argentina, se sintió atraída por la fotografía y no la abandonó más -“Cuando salgo con la cámara, puedo volver con imágenes inesperadas; gente, rostros, calles, cielos, objetos, carteles, todo lo que me llama la atención. Luces que se mueven y quedan registradas como pinceladas.

Mi primera cámara Reflex fue una Minolta R 101 de segunda mano. Le tengo mucho cariño. Esto fue por 1994. Desde ahí, siempre estuve en contacto con la fotografía. Cuando trabajo con eventos, teatro, bodas, comuniones, primero se trata de registrar lo que está sucediendo para captar la expresión de las caras. Emociones, nervios, esperas, alegría …y mi función es encontrarlo y plasmarlo en una fotografía- momento irrepetible-“

Le pregunto las características de un buen fotógrafo, ante lo que responde: - “Saber mirar más allá, buscar el momento y estar allí. Seleccionar el momento en que accionar el disparador. Hay técnicas que respetar, como elegir la distancia focal, el ángulo que más se ajusta, esperar la luz correcta o cambiar de posición y los parámetros de la cámara.”

¿Cuáles son tus fotógrafos preferidos?
“Admiro a los reporteros gráficos, que se meten en sitios inaccesibles para lograr una imagen, para contar historias. Entre mis preferidos, entre los grandes, Cartier-Bresson,
Robert Frank, por su retrato con la sociedad. Elliot Erwitt, la fotógrafa callejera Garry Winogrand.”

Pienso que hay mucho de arte en sus fotografías y se lo comento; ante lo cual agrega:-“Si hablamos de publicidad, se preparan todos los detalles. En cambio, el reportaje de la calle es espontáneo. Como expresión artística, habla por medio de la luz, cuenta historias, denuncia realidades, invita a descubrir, mirar y sentir. Sí, es un arte.”

Intuyo que hay mucho sentimiento en este arte y Marina Luz agrega: - “Es la posibilidad de registrar lo que quizá nunca más pueda suceder. Hace que me sienta plena, me despierta. Puedo ser y expresarme. Me gustan las calles, la gente, el movimiento, los colores, la luz, dueña de la magia de poder transformar un objeto.

Supera la barrera de los idiomas.
Me seduce el casco antiguo de Palma, esas callecitas que te dan la oportunidad de quedarte con años de historia cogiendo un pedacito de pared. Vibro con los contrastes de lo antiguo y lo actual, encontrando rostros expresivos desconocidos, sin nacionalidad, sin nombre. Es toda su biografía en un instante. Lo disfruto, lo vivo intensamente.

Me quedo con una frase de Brassai: “El surrealismo de mis imágenes no era otra cosa que lo real , convertido en fantástico a través de la mirada. Yo sólo pretendía expresar la realidad, porque no hay nada más zúrrela que lo real. Si la realidad no nos maravilla continuamente, es porque el hábito la hace trivial a nuestros ojos.”

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