
Mao Tse Chung
"Según algunos políticos, ser de tal o cual país es como tener un carnet de delincuente automático. ¡Pero ojo! Ellos, los de traje caro y sonrisa de cocodrilo, son los que realmente tienen el manual avanzado de cómo robar sin mancharse la corbata. ¿Delincuentes ilegales? Nah, aquí los profesionales son los de corbata y discurso bonito."
"Imagina esto: un político hablando de 'ética' mientras su chaqueta tiene bolsillos tan grandes que podrían caber un par de bancos pequeños. Y si te quejas, te acusan de ser el problema por tu ADN. ¡Vaya chiste!"
Han abierto las puertas del circo
Han abierto las puertas del circo y, ¡sorpresa!, han escapado todos los animales. Las hienas son los que ríen mientras firman cheques, los leones rugen en los mítines, los tigres se pasean con trajes a rayas (de diseñador, claro), y las ratas... bueno, esas están en todas partes, sobre todo en los despachos. Y no olvidemos a los payasos, que son los que nos hacen reír (de la desesperación) con sus excusas creativas.
¿Yo? ¡Jamás! Fue mi primo, mi perro, o un extraterrestre.'"

Las apariencias engañan:
"¡Cuidado con los políticos que posan con bebés y ancianas! Es como ver a un lobo disfrazado de abuelita. Sonríen para la foto, pero en su mente están calculando cuántos ceros caben en su cuenta offshore. Y si los pillan, no pasa nada: tienen un abogado, un amigo en el juzgado y una excusa lista. 'Fue un error del sistema, su señoría.'"
El rastro de la corrupción:
"Hay
pistas, sí. Suelen aparecer como políticos, empresarios, negacionistas,
terraplanistas y una larga lista de 'istas' que dejan un rastro de
corrupción más difícil de seguir que el hilo de un chiste mal contado.
Si encuentras a uno, no lo señales, no vaya a ser que te acusen de ser
el delincuente. Mejor disimula y sigue caminando, como si vieras a un
fantasma en pleno día."
Los buitres de los fondos públicos:
"Estos
señores son los reyes del 'todo para mí y nada para vosotros'. Siempre
están rondando las licitaciones, los contratos y cualquier cosa que
huela a dinero público. Tienen un radar especial para detectar cuando
hay fondos sueltos, y ¡zas!, caen en picado como buitres sobre un filete
jugoso. Lo peor es que después te dicen: 'Es por el bien del país'.
¡Claro, porque el país necesita otro yate de lujo, ¿no?!"

Los camaleones políticos: "Estos son los maestros del disfraz. Un día son de izquierdas, al siguiente de derechas, y si hace falta, hasta se inventan una nueva ideología. Cambian de color más rápido que un semáforo en hora punta. Hoy defienden una cosa, mañana la contraria, y siempre con una sonrisa de 'yo no fui'. ¿Cómo lo hacen? Misterios de la naturaleza... o de la falta de vergüenza."

"Imagina esto: los buitres están en su perchas, con sus trajes de diseñador y sus gafas de sol, planeando su próximo banquete a costa del erario público. De repente, aparece un camaleón, cambiando de color según la cámara que lo enfoque. '¡Soy ecologista!', grita mientras firma un contrato para deforestar medio Amazonas. '¡Soy feminista!', dice mientras nombra a su primo para un cargo importante. Y así, entre buitres y camaleones, el circo sigue su función, con los payasos haciendo reír (o llorar) al público."
1 Comentarios
Algunos relacionan inmigración con delincuencia. Me parece apropiado comparar a estos políticos con los animales descritos, sin faltar a los animales.
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