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1 de marzo: Día de les Illes Balears 52 años después

Ese es el día de 1.983 en que el Boletín Oficial del Estado publicó el Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares que un día antes había sido presentado en el registro del Congreso de los Diputados.

Por fin, y después de las dos intentonas fallidas de 1931, se le daba cuerpo y naturaleza a  nuestra COMUNIDAD AUTÓNOMA, esto es, 52 años después.


Víctor Gistau

El anteproyecto de Estatuto de 1931 se empieza a trabajar por una propuesta a la Diputación Provincial de Baleares de la Associació per la Cultura de Mallorca capitaneada por el historiador, biógrafo, crítico literario, poeta y miembro de la Escuela Mallorquina Joan Pons i Marquès. Como maestro de la derecha catalanista de Mallorca, en 1917 formó parte del Centre Regionalista de Mallorca y 13 años después se constituyó en uno de los fundadores del Centro Autonomista del Mallorca, y en ese mismo 1931 participó en la redacción del Anteproyecto del Estatuto de Autonomía de Mallorca implicado en su consecución desde las páginas de la revista “La Nostra Terra”de la cual era su máximo representante.

Desde su incorporación a la Asociación, fue considerado como un hombre liberal, demócrata y federalista y siempre desde una perspectiva de centro-derecha aunque muy vinculado al nacionalismo reivindicativo en favor de la autonomía y su absoluta defensa de la lengua catalana como lengua de cultura. Así mismo se le situaba a medio camino entre el mallorquinismo político y el mallorquinismo cultural.

El ”Avantprojecte de autonomía de la Segona República per les Illes Balears” cosechó un primer retraso para su aprobación porque los Ayuntamientos de Menorca se negaron a participar en el proceso aduciendo que ese anteproyecto no respetaba la autonomía de cada isla y la exigencia a mantener su propia fisonomía; también recelaban del tradicional centralismo mallorquín, la excesiva representación para Mallorca en la futura institución interinsular y que finalmente se estaba redactando un anteproyecto de Estatuto para Mallorca e Ibiza.

La exigencia del conocimiento de la lengua catalana como un requisito para presentarse a cualquier oposición convocada para los funcionarios de la Administración no viene de por estos tiempos de ahora. El Ministro de la Gobernación de la Segunda República (año 1933) se mostró contrario a exigir la normativa que se utilizara el catalán como requisito, sin embargo el Ayuntamiento de Palma acordó que el catalán fuera un mérito y no un requisito para poder opositar a cualquier plaza funcionarial del propio Ayuntamiento.

En mayo de 1936, a instancias del Partido Regionalista de Mallorca, se puso en marcha un segundo intento de retomar el debate autonómico el cual de nuevo fracasó por la negativa de diversos grupos políticos de derecha e izquierda.

En aquellos tiempos (1936), recordamos que era los de la Segunda República, el Ministro de Instrucción Pública se negó a aprobar el decreto de bilingüismo para Balears, País Valencià i Euskadi.

Pues dos fueron los intentos con el mismo resultado, después en 1936 todos sabemos lo que ocurrió y el Estatuto de Autonomía para las Islas Baleares, pasó a mejor vida, durmiendo durante 47 años el inmerecido descanso de los justos.

Y así se escribe la historia. La aplicación de las transferencias del gobierno nacional a los gobiernos autonómicos regulada por el Título VIII de nuestra Constitución nos permitía acceder a esa gestión a través de dos velocidades, la primera era para hacerlo a través del artículo 151 para las denominadas Comunidades históricas, esto es aquellas que en 1936 contaban con un Estatuto autonómico; y para el resto la puerta de acceso era el 148, que es por el que estamos circulando en esta estructura constitucional. Y, con todo, llevamos andando por esa vía de tren de cercanías 42 años, configurando unos conceptos que para sí mismo hubieran deseado los más viejos de nuestro lugar.

Nos quedará pendiente descubrir los pareceres de cada uno de los territorios insulares y de como un gran hombre llamado Jeroni Albertí, verdadero padre de los tratamientos interinsulares resolvió el problema que se planteó en 1931: las reticencias de menorquines, ibicencos y formenterenses a aprobar un proyecto en el que volvía a sobrevolar el temor por sí Mallorca se erigía en la dueña del pastel que se estaba trabajando en la tahona del antiguo palacio de la Diputación Provincial.

De eso y de la célebre “coma” en la redacción del Estatuto de 1983 apuntando al catalán como lengua vehicular con esa denominación, hablaremos en otra oportunidad.

FELIÇ DIA DE LES ILLES BALEARS 2025.


La fotografía recoge el instante en que Víctor Gistau, en su condición de Jefe de Protocolo del Consell General Interinsular, muestra haberse registrado el texto del Estatuto de 1983 en el Congreso de los Diputados. Asistieron. Jeróni Albertí Picornell, Iñigo Cavero Lataillada, Francesc Tutzó Bennàsar y Josep Zaforteza Calvet  


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