En el Museu de la Mar, en el Port de Sóller, encontrará esta historia única y apasionante, la de un pueblo con la personalidad y el encanto que le ha proporcionado su ancestral quimera de navegar.

Desde épocas medievales, los habitantes de Sóller han usado el mar Mediterráneo como canal de comunicación con el exterior, para evitar las montañas que antiguamente aislaban Sóller del resto de Mallorca. Nuestros antepasados tuvieron que construir barcos porque comerciar por tierra no era posible. Como resultado, el valle de Sóller, la comarca más incomunicada por tierra de toda la isla, ha sido durante siglos la población mallorquina más abierta al mundo, la más singular y la más marinera: comercio, invasiones, emigraciones, pesca, naranjas, fábricas textiles, aceite de oliva, constructores de embarcaciones, arquitectura modernista, ferrocarril, ...
En el Port de Sóller la construcción de barcos de madera ha estado relacionada esencialmente con la producción y exportación de las naranjas del valle. El Port contaba con unas atarazanas para construir y reparar embarcaciones, como consecuencia de su condición de único refugio natural de toda la costa norte de Mallorca.
El comercio marítimo
El comercio de la naranja se conoce desde el siglo XVI y es constante desde el siglo XVIII. La crisis de la segunda mitad del siglo XIX por una extraña enfermedad de los naranjos, dejó Sóller sin su comercio más fructífero ya que en esos momentos se exportaban cítricos a Francia, Bélgica o Suiza.
La pesca
Todavía hoy el alma del Port de Sóller son los pescadores. La actividad pesquera tradicional no sólo representa el aprovechamiento respetuoso del entorno natural, sino también la conservación de una herencia del pasado, de toda una cultura ligada a la interacción directa entre el hombre y el mar.
Sollerics alrededor del mundo
Una de las salidas a la crisis económica ocasionada por la enfermedad de los naranjos fue la emigración. Según el estrato social y económico al que pertenecían emigraron a distintos destinos.
Las fechas del retorno definitivo se sitúan entre el 1930 i el 1960. El principal motivo para retornar era la enfermedad de un familiar, pero también la añoranza jugaba un papel importante.
Museu de la Mar - Puerto de Sóller
Horario: Invierno (octubre-abril): de martes a sábado de 10 a 15 h y domingo de 10 a 14 h.
Verano (mayo-septiembre): de miércoles a sábado de 10 a 17 h, domingo de 10 a 14 h.
Entrada gratuita. (free entrance)
Santa Catalina de Alejandría, 54, Port Sóller

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